Turismo

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Larués ha perdido población, pero los que permanecen en el lugar y los visitantes vacacionales cuidan su pueblo. Todavía se pueden encontrar rincones acogedores y las casas, aunque en su mayoría ya no conserven su aspecto ancestral, muestran su rostro renovado con la ilusión de vivir con los nuevos tiempos. No dejéis de fijaros en los dinteles de piedra, verdadero catálogo de signos que rememoran su historia. Observad su iglesia: la lonja que ampara la portalada y su lado norte, testigo de las numerosas reformas que ha sufrido en el curso del tiempo. Pasead por sus calles, bajo el sol, sintiendo el silencio y el vuelo de los pájaros.

Y después, o antes, como queráis, visitad El Molino de Larués, donde Joaquín Moreno os sorprenderá con su cocina sabia y cuidada, siempre innovadora, pero con productos de proximidad y los mejores ingredientes, tradicionales y modernos.

Y más tarde, si queréis, podéis realizar alguno de los recorridos que os proponemos. Si os adentráis por los caminos y os dejáis llevar por ellos, podréis llegar a lugares desde los que se ve ¡todavía mejor! el maravilloso paisaje que se ofrece desde este pueblo, con la silueta de San Juan de la Peña hacia el este y en el horizonte norte el incomparable marco de las lomas que se escalonan hasta llegar a la cordillera de los Pirineos, que desde aquí se puede contemplar lejana, pero en toda su plenitud.
Por la Sierra o por los campos, disfrutad de la Naturaleza que os sale al encuentro.