Historia
D. Manuel Benito Moliner, en su escrito sobre el origen de los nombres de los pueblos del Alto Aragón, dice que LARUÉS proviene del latín, LARO o LAURO.
D. Santiago Broto Aparicio, (Diario del Alto Aragón) afirma que el nombre de LARUÉS antiguamente y con el transcurso de los años había sufrido diversas variaciones llamándose, Larosse, Laruasse y Larruosa.
Gartzen Lacasta Estaún, en su cuaderno “El EusKera en el Alto Aragón” comenta que el topónimo LARRUÉS/LARUÉS está fácilmente relacionado con el vasco LARRA/LARRE, que significa pastizal, prado o zarza.
Entre las diferentes grafías que recoge de este macrotopónimo Agustín Ubieto figuran también: LARROS, LARROTA, LARRUE, LARRUASE, LARRUOSA. Esta duplicidad se mantiene hasta el siglo XIX, ya que en el Diccionario Geográfico Madoz encontramos LARRUÉS/LARUÉS.
Las diferentes grafías que ha adoptado el nombre del pueblo de Larués en la documentación medieval dificultan enormemente el rastreo de las huellas de su historia. A ello debe añadirse la semejanza de su nombre con el de otras localidades distintas, como Larrés, a orillas del río Aurín, Larrué, despoblado cercano a Belarra, ambos en el Alto Gállégo, o Larrosa, en el valle de la Garcipollera. También existió un arcedianato llamado «de Laurés» en el entorno del monasterio de San Adrián de Sásabe.
Según Antonio Ubieto, el primer documento que podría hacer referencia a Larués se remonta al siglo X, en el que se cita a un tal Asnari Banzones de Larosse. Dicho documento forma parte del Cartulario de San Juan de la Peña.
En el siglo XI, el primer rey de Aragón, Ramiro I, debía tener posesiones (casas y tierras) en Larués, puesto que aparece donándolas en algunos documentos registrados en el mencionado Cartulario de San Juan de la Peña. Entre dichas donaciones destaca la que efectuó el rey a su escribano Jimeno en 1054, en la que le hizo entrega del pequeño monasteriolo de San Martín de Saraso, fundado ya en el siglo X. Éste se encontraba entre «Larosse et Orçasso».
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Según Antonio Durán Gudiol el núcleo de Larués debió formar parte del señorío temporal del influyente conde Sancho Galíndez, consejero de Ramiro I y aitán (tutor) de su hijo, el futuro rey Sancho Ramírez. En un documento de 1063 dicho Sancho Galíndez deja en su testamento a sus hijos, entre otras posesiones, sus «mezquinos» (siervos) y heredades en Laruasse.
Documentos referentes a la construcción de la Iglesia de San Esteban de Luesia hacen referencia a Larués. En 1137 estaría dicha iglesia de San Esteban, si no acabada, por lo menos habilitada para el culto. Con este motivo, el rey Ramiro el «Monje», sucesor de Alfonso I en la corona aragonesa, se presentó en Luesia con su yerno el Conde Berenguer de Barcelona y con sus magnates, y allí firmó una rica donación de pueblos y castillos en favor de San Esteban, titular de Orastre y de su filial Luesia. Los entonces pueblos vivos donados al protomártir fueron: Luciente, Fayanas, Orrios y Samper de Liso (Fuencalderas); un palacio en Larrues; otros en Biel, Lobera, Uncastillo, Jubart y en la misma villa de Luesia.
Larués, durante los siglos XIII y XIV perteneció al obispado de Jaca-Huesca. En un principio dicho obispado controlaba directamente su posesión, pero con el transcurso del tiempo fue delegando esta función en miembros de la pequeña nobleza de la zona, hasta que, finalmente, vendió el señorío a uno de ellos, el noble Juan de Lográn.
Dicha posesión permaneció durante el resto de la Edad Media y durante la Edad Moderna en manos de nobles aragoneses (los Lográn, los Viota, …), hasta que en el siglo XVIII el señorío fue adquirido al conde de Guara por una familia infanzona del mismo pueblo, cuya casa solariega se conoce con el nombre de Casa Solana o Casa de Don José.
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Hay indicios constatados de que cerca del pinar que se encuentra dentro del municipio había un asentamiento de unos 15 o 20 fuegos, que se llamaba Berné. Desde fechas remotas perteneció a las monjas del monasterio benedictino de Santa Cruz de la Serós.
El pueblo de Berné figura como uno de los 238 pueblos que en el año 1187 efectuaron el Voto de San Indalecio. Posteriormente fue arrasado, junto con otros numerosos núcleos de población, en una incursión navarro-francesa que asoló el valle de Pintano en el año 1283. La mayoría de estos pequeños pueblos ya no se recuperaron. La tradición oral afirma que algunos de los supervivientes se trasladaron a Larués, y los restantes a Longás. Lo cierto es que Berné quedaría ya despoblado, tal vez con algún habitante residual, pasando así a la categoría de «pardina».
Actualmente, en el paraje denominado «Los Villares» podemos encontrar vestigios de este primer asentamiento. Se puede observar el lugar donde estaban situadas las paredes de algunas casas, alguna de las cuales parece haber tenido una planta circular.
Entre estos restos se han encontrado cosas de gran valor histórico como una pila bautismal, una rueda de molino, y en los corrales cercanos podemos comprobar que para su construcción usaron piedras de sillería, un crismón y piedras muy trabajadas, que debieron pertenecer a este antiguo asentamiento.
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Varias casas conservan en la actualidad escudos blasonados de sus pobladores con antigua nobleza.
Según un Real Acuerdo de 1737, hace distinción y certifica que a efectos de la Contribución en Larués existen los siguientes Infanzones: los Aguas, Alamán, Anaya, Biota, Butía, Iñiguez, Palacio, Salanova, Solana y Ximénez. Algunos de ellos con antigüedad desde el siglo XV.
En el Real Decreto de 24 de Abril de 1834 aprobada por S.M. María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Reina Regente), con el titulo de “Subdivisión en partidos Judiciales de la nueva división territorial de la Península é islas adyacentes” figura la incorporación al partido judicial de Jaca, del pueblo de “Larrues y los cotos de Berné y Javierráz” .